lunes, 16 de mayo de 2011

No decir no, no decir lo que queremos decir, no estar en contacto con lo que necesitamos o queremos, no estar viviendo nuestra propia vida, crea ingobernabilidad. Es posible que nos dominen a tal grado que las expectativas y los deseos de otro que nos sintamos como títeres, sin una vida propia.

Algunos nos dejamos atrapar por relaciones insanas de las que no podemos salir. Algunos nos aislamos, aterrados de arriesgarnos, porque nos sentimos incapaces de cuidar de nosotros mismos dentro de una relación, y tenemos miedo de desilusionarnos y de ser lastimados de nuevo.

Podemos vivir para siempre desdichados, aguantando la vida, apenas pasándola, esperando recibir nuestro premio en el cielo sin saber que existen premios diarios por el simple hecho de estar vivos i vivir nuestra propia vida. 

Padecemos frustración, confusión y con frecuencia un alto grado de negatividad, autodesprecio, represión y depresión. Dejamos de querernos y de cuidar de nosotros mismos cuando hemos tratado de cuidar demasiado de otros o en formas que no son sanas para ellos, para nosotros o para la relación.

2 comentarios: